Educación Secundaria Obligatoria

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lunes, 7 de mayo de 2012

Generación del 27



LA GENERACIÓN DE 1927
1.-Introducción.
1.1.-Contexto histórico.
1.2.-Contexto literario.
2.-Denomimación y nómina de autores.
3.-Etapas.
4.-Autores.
4.1.-Pedro Salinas                          4.2.-Jorge Guillén
4.3.-Gerardo Diego                        4.4.-Vicente Aleixandre
4.5.-Federico García Lorca          4.6.-Dámaso Alonso
4.7.-Rafael Alberti                         4.8.-Luis Cernuda
4.9.-Emilio Prados                          4.10.-Manuel Altolaguirre
5.-Conclusión.

1.-INTRODUCCIÓN.
1.1.-CONTEXTO HISTÓRICO
La “Generación del 27” maduró en lo que se llama el período de entreguerras, en el paréntesis de 1918 y 1939.
Al comenzar la década de 1920, el ambiente intelectual de Europa y España está marcado por las vanguardias; por ello, el ambiente de optimismo, de lo lúdico y la despreocupación marcarán el primer período de los autores del 27. No obstante, en estos años 20 irrumpieron el surgimiento del comunismo (III Internacional, 1919) y la proliferación de partidos; pero también surgió un fenómeno de masas totalmente contrario y beligerante: el fascismo (Mussolini en Italia, 1922); la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930); Hittler asciende al poder en 1933.
De los felices años veinte se paso a los sombríos años treinta, cuando en 1929 se vive el “crack” de la bolsa de Nueva York, hecho del que fue testigo García Lorca. Los efectos del “crack” fueron demoledores en América y en Europa: recesión económica, bancos en quiebra, millones de parados... Será en este momento cuando los poetas se dejen influir primero por las teorías liberadoras del surrealismo (basadas en las filosofías psicoanalíticas de Freud y las marxistas de Carl Marx) y, muchos, ya a partir de 1930, desembocarán en la militancia política y revolucionaria.
Se empezaron a crear frentes defensivos contra el fascismo y el nazismo con la formación de los Frentes Populares, que llegaron a ganar en 1936; pero el 18 de julio de ese mismo año el golpe del general Franco y la guerra siguiente marcaron para siempre la vida y la obra de los autores del 27: la muerte, como en el caso de Lorca, y el exilio para la mayoría.

1.2.- CONTEXTO LITERARIO.
Recordemos del tema anterior Las vanguardias europeas, que suponen una ruptura frontal con la estética anterior y la tradición, en busca de la innovación radical, con el afán de romper los cimientos del arte: el Futurismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el Creacionismo... Pero los dos movimientos de vanguardia de mayor transcendencia para la literatura española fueron el Ultraísmo -movimiento vanguardista netamente español- y el Surrealismo.
Las vanguardias literarias españolas tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna, fundador en 1908 de la revista Prometeo, desde la cual difunde cuantas novedades se producen en el panorama europeo. Precisamente las revistas -del mismo modo que las tertulias (la del café Pombo de Ramón o la del Colonial de Cansinos Assens)- cobran gran importancia, a pesar de su efímera vida, para impulsar las nuevas ideas estéticas. Entre muchas revistas, destacan La Revista de Occidente, creada por Ortega en 1923 y la Gaceta literaria, fundada en 1927 por Giménez Caballero y Guillermo de la Torre.
El Ultraísmo es el nombre dado a los movimientos vanguardistas, especialmente al Futurismo, en nuestro país. Las huellas de la temática futurista pueden encontrarse en la poética del 27. Así, Pedro Salinas escribe poemas a la bombilla eléctrica o a la máquina de escribir; Alberti compone un madrigal al billete del tranvía y escribe poemas sobre artistas de cine o a un portero de fútbol («A Platko»). Por otra parte, el poeta chileno Huidobro trajo consigo a España el movimiento Creacionista, del que participaron Juan Larrea y Gerardo Diego.
En cuanto al Surrealismo, su difusión en España se debe al poeta Juan Larrea, cuya obra, como la de casi todos los poetas del 27, se inició en el Creacionismo y en el Ultraísmo, pero ya en 1924 conoce a los surrealistas en París y fija allí su residencia desde 1926. Sus poemas responden al Surrealismo más puro. A su influjo se deben libros fundamentales de corte surrealista como Sobre los ángeles de Alberti, o Poeta en Nueva York de Federico García Lorca.
El Surrealismo español llevado a cabo por los poetas del 27 no es un surrealismo ortodoxo, pues no llega al extremo de la creación inconsciente, ni practican del todo la escritura automática.
En sus poemas se percibe una intencionada idea creadora como hilo conductor de las mayores audacias. Lo que realmente aporta el surrealismo es la liberación de la imagen, desatada de trabas lógicas y un enriquecimiento prodigioso del lenguaje poético. Por otra parte, el surrealismo trae consigo la crisis del ideal de «pureza» y «deshumanización» del arte. Lo humano, lo social y lo político penetran de nuevo en la literatura por los cauces de la expresión surrealista. La prueba está, entre otras, en la trayectoria poética de Lorca (valga como ejemplo el poema comentado en clase Grito hacia Roma).

2.-DENOMINACIÓN Y NÓMINA DE AUTORES.
Han sido numerosas las denominaciones que ha recibido este grupo: Generación del 27 por la fecha del homenaje a Góngora; Generación de la amistad por la relación personal entre muchos de ellos; Generación Lorca-Guillén, lo que supone atribuir un magisterio especial de unos autores en detrimento de otros; Generación de 1925, teniendo en cuenta la fecha de aparición de los primeros libros; Generación de la Dictadura; Generación de la Revista de Occidente; Generación de la República; Generación de los poetas profesores...
Fue Dámaso Alonso quien fijó la denominación “Generación del 27”, nombre más idóneo según el poeta y crítico literario Ángel González por varias razones: por ser la del centenario de la muerte de Góngora; porque en ese año empiezan a publicarse las revistas más significativas del grupo y porque ese año se publican también algunas de las mejores obras definitorias de estos poetas. Por ello se prefiere la denominación Grupo poético de 1927.
En cuanto a la nómina de autores que cabrían bajo ese grupo tampoco ha habido unanimidad. No hay duda para la crítica que han de estar los “ocho grandes”: Salinas, Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre. También se suelen añadir los nombres de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre y, según Dámaso Alonso, a Miguel Hernández.

3.-ETAPAS.
Se suelen señalar tres etapas en la evolución literaria del grupo.
La primera etapa: hasta 1927, aproximadamente.
A esta etapa corresponden los tanteos iniciales, en que es notoria la presencia de tonos becquerianos, junto a algunos influjos de corte modernista. Pero, como ya se ha mencionado en apartados anteriores, pronto se deja sentir el influjo de las vanguardias (Ultraísmo y Creacionismo), a la vez que el poeta Juan Ramón Jiménez los orienta hacia una poesía pura[1]. El gran instrumento de ese arte puro y deshumanizado es la metáfora.
Pero junto a este arte frío, hermético, en esta primera etapa también debemos señalar la corriente de lírica popular (un libro representante es Marinero en tierra de Rafael Alberti) y una corriente de influjo clasicista, cultivando las formas estróficas tradicionales, que se observa en libros como Versos humanos de Gerardo Diego y Cal y canto de Alberti.
Toda esta primera etapa culmina y desemboca en un auténtico fervor por el poeta barroco Luis de Góngora, como máximo exponente de un lenguaje poético formalmente perfecto.

La segunda etapa: de 1927 a la guerra civil.
Los poetas, ya en plena madurez y un tanto cansados de las aventuras formalistas, comienzan un proceso de rehumanización de su lírica. Es en este momento cuando se produce la irrupción del Surrealismo, con una concepción del mismo, como ya se ha afirmado en otra ocasión muy heterodoxa, pues incorpora lo humano y lo social. Los libros poéticos marcados por el surrealismo contienen claras llamadas a la transgresión y a la sublevación. Así, Luis Cernuda en Los placeres prohibidos reivindica la homosexualidad. Lorca en Poeta en Nueva York, realiza una crítica feroz al capitalismo.
La tercera etapa: después de la guerra.
La mayoría de los poetas del 27 adoptaron una concreta militancia revolucionaria y todos se mostraron partidarios de la República al estallar la guerra civil en 1936.
Lorca muere asesinado en este mismo año. Todos los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego, parten para un largo exilio. El grupo poético del 27 se dispersa. Cada cual sigue su rumbo poético, pero ninguno abandona ya los caminos de la poesía humana, cada vez más humana y comprometida. Por ejemplo Jorge Guillén, desde el exilio, con Clamor, inicia un ciclo poético marcado por el testimonio de las discordancias del mundo, por el dolor del hombre. En España, Dámaso Alonso publica en 1944 Hijos de la Ira, poesía angustiada y existencial.

4.-LOS AUTORES.
4.1. Pedro Salinas (1891-1951)
Catedrático de Literatura en varias universidades españolas y extranjeras, colaborador del Centro de Estudios Históricos y crítico literario de relieve. Tras la guerra se exilió y ejerció como docente en algunas universidades extranjeras.
El tema central de su poesía es el amor, de ahí que haya sido considerado el poeta del amor por antonomasia dentro del grupo.
Se suelen distinguir en su producción dos etapas: una primera integrada por Presagios, Seguro azar y Fábula y signo. La segunda, a partir de 1930, integra la gran trilogía amorosa: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento.

4.2. Jorge Guillén (1893-1984)
Se dedicó profesionalmente a la docencia y ocupó, como Salinas, algunas cátedras universitarias en España y -tras el exilio- en el extranjero. Recibió en 1977 el Premio Cervantes.
Dos grandes períodos definen su actividad poética: el primero abarca la escritura de Cántico; el segundo, hasta la conclusión Clamor, con sus tres volúmenes (Maremágnum, ...Que van a dar en la mar y A la altura de las circunstancias. Reunirá toda su obra en el volumen Aire nuestro.
Cántico supuso un canto de optimismo intelectual. Es un himno continuado de afirmación vital, un cántico a la creación, al goce de existir. Se celebra la armonía del universo y la integración del individuo. En el centro de este universo está la realidad amorosa.
Clamor, como ya se ha mencionado anteriormente, supone todo lo contrario, obra desgarrada y de pesimismo vital, en la que se ponen de manifiesto las discordancias del mundo.

4.3. Gerardo Diego (1896-1987)
Es el compilador de una Antología poética del grupo del 27 en 1932. Fue docente en varios institutos españoles (Soria, Gijón...), perteneció a la RAE, ganó el Nacional de Literatura –ex aequo con Alberti-, el Cervantes,... fundó también dos revistas que sirvieron de animadoras culturales a sus compañeros: Carmen y Lola.
Con más de cuarenta títulos la obra de Diego es de las más extensas del grupo. Es una obra dual, dividida por la atracción que el autor sintió a la vez por la tradición y la vanguardia. Algunas obras: Desde Versos humanos, Soria o Alondra de verdad, caracterizados por el clasicismo, hasta obras como Imagen, Fábula de Equis y Zeda o Manual de espumas, de corte creacionista.

4.4. Vicente Aleixandre (1898-1984)
Nació en Sevilla, a los 2 años se trasladó a Málaga y a los 9 a Madrid. Estudio Derecho y Comercio pero, debido a una grave enfermedad, se dedicó por entero a la poesía. Fue miembro de la Real Academia y en 1977 obtuvo el Premio Novel.
Para él, la poesía es comunicación más que belleza; conviene distinguir en su obra varias etapas:
-En la primera etapa, el hombre es para él la criatura más penosa del universo, es dolor y angustia. Por tanto, el ideal sería volver a la tierra para fundirse con la Naturaleza. Dos títulos destacan en esta etapa: La destrucción o el amor y Sombra del paraíso.
-En la segunda etapa, el hombre es visto ahora positivamente. Sigue siendo una criatura que sufre, pero se destaca por su quehacer valiente y doloroso. La solidaridad será el sentimiento clave de Aleixandre. Obra destacada de esta etapa es Historia del Corazón.
-A la última etapa corresponde Poemas de la consumación (1968).

4.5. Federico García Lorca (1898-1936)
Es el escritor más célebre del siglo XX y de fama universal. Hijo de una familia muy acomodada estudió música con Manuel de Falla y se trasladó a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia de Estudiantes y compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros, momentos cruciales para el arte del siglo XX. Viajó a Nueva York y a Cuba, donde fue testigo del crack de la bolsa del 29.
De vuelta en España escribe tragedias y dramas de gran éxito. Fue director del teatro universitario La Barraca con el que recorrió numerosos lugares de España llevando lo mejor de nuestra dramaturgia.
Su republicanismo de izquierda y su condición de triunfador hicieron de él en Granada, al estallar la guerra, una víctima fatal.
El universo lorquiano se define por un palpable sistematismo: la poesía, el drama, la prosa se alimentan de obsesiones y claves estilísticas constantes. La variedad de forma nunca atenta contra esa unidad de fondo. Todas las obras lorquianas se sustentan en un poderoso código simbólico: la luna, el agua, la sangre, el caballo, la hierba y los metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico. Su poética la podemos clasificar del siguiente modo:
-Los primeros libros: en 1921 publica Libro de poemas. De temática variada y dominado por un hondo malestar. Después compone 3 libros: Poema del Cante Jondo, Canciones y Suites. Hay en ellos poesía pura, juegos..., pero también nostalgia y los temas trágicos típicamente lorquianos, como es la presencia de la Andalucía trágica, la Andalucía del llanto, en el Poema del Cante Jondo.
-El Romancero gitano se publica en 1928, libro dedicado a esta etnia marginada. Lorca se siente atraído por ellos y convierte al mundo gitano en un mito, gracias al tema del destino trágico: los personajes, al margen de un mundo convencional y hostil, están marcados por la frustración o la muerte. En El Romancero, Lorca alcanza el punto más alto de estilo con la fusión de lo culto y lo popular.
-En Poeta en Nueva York (1929), como ya se ha dicho en otro apartado es un libro de influjo surrealista y con un marcado acento social. En aquella ciudad vio el poder del dinero, la injusticia social, la deshumanización. Los poemas son gritos de dolor y de protesta, que encuentran su cauce adecuado en la técnica surrealista: el versículo[2] y la imagen alucinante le sirven para expresar un mundo absurdo que descargan su cólera.
-Últimas obras poéticas: El llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), inspirado en la muerte del famoso torero. En este poema se combinan el acento popular y las imágenes surrealistas. Se trata de una de las más hermosas elegías de la Literatura española; El Diván del Tamarit (1936), inspirado en la poesía arábigo-andaluza, y Los Sonetos del amor oscuro.

4.6. Dámaso Alonso (1898-1990)
Catedrático de universidad, profesor y conferenciante en universidades extranjeras, académico y director de la RAE, académico de la Historia y de numerosas academias internacionales, doctor honoris causa por diversas universidades de Europa y América, Dámaso Alonso ha sido una de las figuras intelectuales más brillantes de la España contemporánea. A su condición de poeta unió un finísimo ingenio que hizo de él uno de los mejores críticos literarios.
Empezó su andadura poética con Poemas puros, poemillas de la ciudad hasta que más de veinte años después –él mismo se considera un “poeta a rachas”- aparecieran Oscura noticia e Hijos de la ira (1944). Esta última obra, verdadero aldabonazo a las conciencias en el silencio de la posguerra, representa la culminación de su lírica. En amplios versículos, con un lenguaje abrupto y violento, el poeta que ha padecido el impacto de la guerra se acusa y acusa, protesta por el espectáculo del mundo, en el que los hombres no son sólo muertos en vida: son monstruos, entre los que resulta imposible la comunicación.

4.7. Rafael Alberti (1902 –1999)
Su infancia marinera en el Puerto de Santa María se ve sustituida con el traslado de su familia a Madrid. Aunque su vocación primera había sido la pintura, Alberti, gana bien joven el Nacional de Literatura –ex aequo con G. Diego- por Marinero en tierra en 1925. Se adhirió al Partido Comunista y colaboró en varias empresas de la República. Tras la guerra se exilio y vivió en Italia, Argentina... Con la llegada de la democracia fue elegido diputado por el PCE. Recibió el Premio Cervantes en 1983. Toda su peripecia vital ha sido contada por el poeta en La arboleda perdida.
Caben distinguir cinco momentos en la lírica albertiana:
-Etapa neopopularista. Se da en estas obras la fusión entre la tradición y vanguardia propia de los autores del 27. Pertenecen a esta etapa: Marinero en tierra, La amante y El alba del alhelí.
-Etapa gongorina y vanguardista. Entre 1926 y 1927 escribe Cal y canto. Por una parte, este libro rinde culto a la moda gongorina con sonetos, tercetos, romances cultos, y por otra parte, incluye poemas audazmente vanguardistas, como el poema Madrigal al billete del tranvía, Venus en ascensor, Platko (portero húngaro del Barcelona).
-La etapa plenamente surrealista se inicia con Sobre los ángeles (1927- 1928), en la que los ángeles simbolizan la crueldad, la tristeza, la desesperanza, la muerte...
-Poesía civil y política: con la llegada de la República, Alberti toma posiciones marxistas revolucionarias. Son de esta época Poeta en la calle, y la elegía Verte y no verte dedicada a Sánchez Mejías. En el destierro, el tema político se mezcla con el tema de la nostalgia, como en Entre el clavel y la espada, Retornos de lo vivo lejano y Baladas y canciones del Paraná.

4.8. Luis Cernuda (1902-1963)
Fue alumno en Sevilla de Pedro Salinas, que se convirtió pronto en su mentor. Se trasladó a Madrid donde cultivó la amistad de Aleixandre y García Lorca. Tomó partido por la causa republicana pero se exilió en 1938 a Inglaterra, primero, y luego a Estados Unidos y a México donde ejerció como profesor de español.
Reunió toda su poesía bajo el elocuente título de La realidad y el deseo, cuyo centro temático, como su mismo título indica es el doloroso divorcio entre su anhelo de realización personal (el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad).
La obra cernudiana consta de once libros entre los que sobresalen Perfil del aire Égloga, elegía y oda; Un río, un amor y Los placeres prohibidos, bajo la influencia del surrealismo; Donde habite el olvido de influencia becqueriana, véase ya el título; hasta la plenitud de Desolación de la quimera.

4.9. Emilio Prados (1899-1962)
La formación humana y literaria de Emilio Prados debe mucho a la Residencia de estudiantes. Fundó con Altolaguirre la revista Litoral. Durante los años de la República, se dedicó a la instrucción cultural en Málaga. Se exilió luego a México donde vivió dedicándose a la docencia.
Antes de la guerra civil, los libros publicados le otorgaron un perfil menor respecto a sus compañeros, aunque entre ellas sobresalen las Canciones del farero, que responde a la corriente de neopopularismo y estilización culta de lo andaluz. Sus mejores obras las escribiría en el exilio, p.e. Jardín cerrado, donde el intimismo y la nostalgia de Andalucía lo impregnan todo. Todos sus versos han sido recogidos en Poesías completas.

4.10. Manuel Altolaguirre (1905-1959)
El benjamín del grupo no fue sólo un exquisito poeta, sino también su impresor y editor.
Además de fundar Litoral con Prados auspició múltiples empresas editoriales, entre ellas la revista Caballo verde para la poesía. También tomó partido por la causa republicana y en el 38 se exilió a Cuba y luego a México.
La obra de Altolaguirre es breve y ofrece desigualdades. Cabe citar Las islas invitadas, Soledades juntas o La lenta libertad.

5. CONCLUSIÓN
Toda la crítica considera que esta Generación ha supuesto una nueva edad de oro para la poesía española en cuanto que los poetas que hemos venido estudiando en el tema y otros que hemos dejado en el tintero, se caracterizan por una originalísima síntesis entre polos opuestos: entre lo intelectual y lo sentimental, entre vanguardia y tradición, entre la pureza estética y la autenticidad humana, la búsqueda de la perfección formal y el compromiso político y humano, entre lo culto y lo popular y entre lo universal y lo español.


[1] Jorge Guillén decía que poesía pura es todo aquello que pertenece en el poema después de haber eliminado todo lo que no es poesía. Esto viene a decir que una poesía es pura cuando renuncia a lo humano y lo social, cuando renuncia a cualquier tipo de emoción que no sea estrictamente artística; una poesía que busca la perfección formal por encima de todo y que conecta con el concepto que hemos visto en temas anteriores del arte por el arte.
[2] Un versículo es un verso libre, no sujeto a rima ni a la regular distribución de pausa y acentos ni a las exigencias del cómputo silábico de la métrica tradicional. Este verso responde al deseo de dar rienda suelta a la inspiración poética. El ritmo suele fundamentarse en las simetrías y paralelismos conceptuales y sintácticos. 

8 comentarios:

Félix Villafañe dijo...

Esta misma tarde colgaré el resto de información incluido el PDF...

Lucía dijo...

Hola:
Veamos, de la generación del 27 sólo entran los autores y obras del punto 4. Pero...¿de la posguerra entran las biografías de los autores?

Félix Villafañe dijo...

De la posguerra no es necesaria la biografía salvo Buero Vallejo.

Anónimo dijo...

Felix va a ser difícil? nos puedes decir que es lo más importante de la posguerra que podría entrare en el examen?

Anónimo dijo...

Felix nos puedes decir cuantas preguntas van a ser? por favor para calcular la posible diversidad de temario.

Félix Villafañe dijo...

No es muy difícil...

Félix Villafañe dijo...

4

Anónimo dijo...

Muchísimas gracias Félix; en clase haremos mucho el cafre pero en el fondo te queremos :)