LA GENERACIÓN DE 1927
1.-Introducción.
1.1.-Contexto histórico.
1.2.-Contexto literario.
2.-Denomimación y nómina de autores.
3.-Etapas.
4.-Autores.
4.1.-Pedro Salinas 4.2.-Jorge Guillén
4.3.-Gerardo Diego 4.4.-Vicente Aleixandre
4.5.-Federico García Lorca 4.6.-Dámaso Alonso
4.7.-Rafael Alberti 4.8.-Luis Cernuda
4.9.-Emilio Prados 4.10.-Manuel Altolaguirre
5.-Conclusión.
1.-INTRODUCCIÓN.
1.1.-CONTEXTO HISTÓRICO
La “Generación del 27” maduró en
lo que se llama el período de entreguerras, en el paréntesis de 1918 y 1939.
Al comenzar la década de 1920, el
ambiente intelectual de Europa y España está marcado por las vanguardias; por
ello, el ambiente de optimismo, de lo lúdico y la despreocupación marcarán el
primer período de los autores del 27. No obstante, en estos años 20 irrumpieron
el surgimiento del comunismo (III Internacional, 1919) y la proliferación de
partidos; pero también surgió un fenómeno de masas totalmente contrario y
beligerante: el fascismo (Mussolini en Italia, 1922); la dictadura de Primo de
Rivera (1923-1930); Hittler asciende al poder en 1933.
De los felices años veinte se
paso a los sombríos años treinta, cuando en 1929 se vive el “crack” de la bolsa
de Nueva York, hecho del que fue testigo García Lorca. Los efectos del “crack” fueron
demoledores en América y en Europa: recesión económica, bancos en quiebra,
millones de parados... Será en este momento cuando los poetas se dejen influir
primero por las teorías liberadoras del surrealismo (basadas en las filosofías
psicoanalíticas de Freud y las marxistas de Carl Marx) y, muchos, ya a partir
de 1930, desembocarán en la militancia política y revolucionaria.
Se empezaron a crear frentes
defensivos contra el fascismo y el nazismo con la formación de los Frentes
Populares, que llegaron a ganar en 1936; pero el 18 de julio de ese mismo año
el golpe del general Franco y la guerra siguiente marcaron para siempre la vida
y la obra de los autores del 27: la muerte, como en el caso de Lorca, y el
exilio para la mayoría.
1.2.- CONTEXTO LITERARIO.
Recordemos del tema anterior Las
vanguardias europeas, que suponen una ruptura frontal con la estética
anterior y la tradición, en busca de la innovación radical, con el afán de
romper los cimientos del arte: el Futurismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el
Creacionismo... Pero los dos movimientos de vanguardia de mayor transcendencia
para la literatura española fueron el Ultraísmo -movimiento vanguardista
netamente español- y el Surrealismo.
Las vanguardias literarias
españolas tienen como pionero a Ramón Gómez de la Serna, fundador en 1908 de la
revista Prometeo, desde la cual difunde cuantas novedades se producen en
el panorama europeo. Precisamente las revistas -del mismo modo que las
tertulias (la del café Pombo de Ramón o la del Colonial de Cansinos Assens)-
cobran gran importancia, a pesar de su efímera vida, para impulsar las nuevas
ideas estéticas. Entre muchas revistas, destacan La Revista de Occidente, creada
por Ortega en 1923 y la Gaceta literaria, fundada en 1927 por Giménez
Caballero y Guillermo de la Torre.
El Ultraísmo es el nombre
dado a los movimientos vanguardistas, especialmente al Futurismo, en nuestro
país. Las huellas de la temática futurista pueden encontrarse en la poética del
27. Así, Pedro Salinas escribe poemas a la bombilla eléctrica o a la máquina de
escribir; Alberti compone un madrigal al billete del tranvía y escribe poemas
sobre artistas de cine o a un portero de fútbol («A Platko»). Por otra parte,
el poeta chileno Huidobro trajo consigo a España el movimiento Creacionista,
del que participaron Juan Larrea y Gerardo Diego.
En cuanto al Surrealismo,
su difusión en España se debe al poeta Juan Larrea, cuya obra, como la de casi
todos los poetas del 27, se inició en el Creacionismo y en el Ultraísmo, pero
ya en 1924 conoce a los surrealistas en París y fija allí su residencia desde
1926. Sus poemas responden al Surrealismo más puro. A su influjo se deben
libros fundamentales de corte surrealista como Sobre los ángeles de
Alberti, o Poeta en Nueva York de Federico García Lorca.
El Surrealismo español llevado a
cabo por los poetas del 27 no es un surrealismo ortodoxo, pues no llega al
extremo de la creación inconsciente, ni practican del todo la escritura
automática.
En sus poemas se percibe una
intencionada idea creadora como hilo conductor de las mayores audacias. Lo que
realmente aporta el surrealismo es la liberación de la imagen, desatada de trabas
lógicas y un enriquecimiento prodigioso del lenguaje poético. Por otra parte,
el surrealismo trae consigo la crisis del ideal de «pureza» y «deshumanización»
del arte. Lo humano, lo social y lo político penetran de nuevo en la literatura
por los cauces de la expresión surrealista. La prueba está, entre otras, en la
trayectoria poética de Lorca (valga como ejemplo el poema comentado en clase Grito
hacia Roma).
2.-DENOMINACIÓN Y NÓMINA DE AUTORES.
Han sido numerosas las
denominaciones que ha recibido este grupo: Generación del 27 por la
fecha del homenaje a Góngora; Generación de la amistad por la relación
personal entre muchos de ellos; Generación Lorca-Guillén, lo que supone
atribuir un magisterio especial de unos autores en detrimento de otros; Generación
de 1925, teniendo en cuenta la fecha de aparición de los primeros libros; Generación
de la Dictadura; Generación de la Revista de Occidente; Generación de la
República; Generación de los poetas profesores...
Fue Dámaso Alonso quien fijó la
denominación “Generación del 27”, nombre más idóneo según el poeta y crítico
literario Ángel González por varias razones: por ser la del centenario de la muerte
de Góngora; porque en ese año empiezan a publicarse las revistas más
significativas del grupo y porque ese año se publican también algunas de las
mejores obras definitorias de estos poetas. Por ello se prefiere la
denominación Grupo poético de 1927.
En cuanto a la nómina de autores
que cabrían bajo ese grupo tampoco ha habido unanimidad. No hay duda para la
crítica que han de estar los “ocho grandes”: Salinas, Guillén, Gerardo Diego,
Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre.
También se suelen añadir los nombres de Emilio Prados y Manuel Altolaguirre y, según
Dámaso Alonso, a Miguel Hernández.
3.-ETAPAS.
Se suelen señalar tres etapas en la evolución literaria del
grupo.
►La primera
etapa: hasta 1927, aproximadamente.
A esta etapa corresponden los
tanteos iniciales, en que es notoria la presencia de tonos becquerianos, junto
a algunos influjos de corte modernista. Pero, como ya se ha mencionado en apartados
anteriores, pronto se deja sentir el influjo de las vanguardias (Ultraísmo
y Creacionismo), a la vez que el poeta Juan Ramón Jiménez los orienta hacia una
poesía pura[1].
El gran instrumento de ese arte puro y deshumanizado es la metáfora.
Pero junto a este arte frío,
hermético, en esta primera etapa también debemos señalar la corriente de lírica
popular (un libro representante es Marinero en tierra de Rafael
Alberti) y una corriente de influjo clasicista, cultivando las formas
estróficas tradicionales, que se observa en libros como Versos humanos de
Gerardo Diego y Cal y canto de Alberti.
Toda esta primera etapa culmina y
desemboca en un auténtico fervor por el poeta barroco Luis de Góngora, como máximo exponente de un lenguaje
poético formalmente perfecto.
►La segunda
etapa: de 1927 a la guerra civil.
Los poetas, ya en plena madurez y
un tanto cansados de las aventuras formalistas, comienzan un proceso de
rehumanización de su lírica. Es en este momento cuando se produce la irrupción
del Surrealismo, con una concepción del mismo, como ya se ha afirmado en otra
ocasión muy heterodoxa, pues incorpora lo humano y lo social. Los libros
poéticos marcados por el surrealismo contienen claras llamadas a la
transgresión y a la sublevación. Así, Luis Cernuda en Los placeres
prohibidos reivindica la homosexualidad. Lorca en Poeta en Nueva York,
realiza una crítica feroz al capitalismo.
►La tercera
etapa: después de la guerra.
La mayoría de los poetas del 27
adoptaron una concreta militancia revolucionaria y todos se mostraron
partidarios de la República al estallar la guerra civil en 1936.
Lorca muere asesinado en este
mismo año. Todos los demás, salvo Aleixandre, Dámaso Alonso y Gerardo Diego,
parten para un largo exilio. El grupo poético del 27 se dispersa. Cada cual
sigue su rumbo poético, pero ninguno abandona ya los caminos de la poesía
humana, cada vez más humana y comprometida. Por ejemplo Jorge Guillén, desde el
exilio, con Clamor, inicia un ciclo poético marcado por el testimonio de
las discordancias del mundo, por el dolor del hombre. En España, Dámaso Alonso
publica en 1944 Hijos de la Ira, poesía angustiada y existencial.
4.-LOS AUTORES.
4.1. Pedro Salinas (1891-1951)
Catedrático de Literatura en
varias universidades españolas y extranjeras, colaborador del Centro de
Estudios Históricos y crítico literario de relieve. Tras la guerra se exilió y
ejerció como docente en algunas universidades extranjeras.
El tema central de su poesía es
el amor, de ahí que haya sido considerado el poeta del amor por antonomasia
dentro del grupo.
Se suelen distinguir en su
producción dos etapas: una primera integrada por Presagios, Seguro azar y
Fábula y signo. La segunda, a partir de 1930, integra la gran trilogía
amorosa: La voz a ti debida, Razón de amor y Largo lamento.
4.2. Jorge Guillén (1893-1984)
Se dedicó profesionalmente a la
docencia y ocupó, como Salinas, algunas cátedras universitarias en España y
-tras el exilio- en el extranjero. Recibió en 1977 el Premio Cervantes.
Dos grandes períodos definen su
actividad poética: el primero abarca la escritura de Cántico; el
segundo, hasta la conclusión Clamor, con sus tres volúmenes (Maremágnum,
...Que van a dar en la mar y A la altura de las circunstancias.
Reunirá toda su obra en el volumen Aire nuestro.
Cántico supuso un canto de
optimismo intelectual. Es un himno continuado de afirmación vital, un cántico a
la creación, al goce de existir. Se celebra la armonía del universo y la integración
del individuo. En el centro de este universo está la realidad amorosa.
Clamor, como ya se ha
mencionado anteriormente, supone todo lo contrario, obra desgarrada y de
pesimismo vital, en la que se ponen de manifiesto las discordancias del mundo.
4.3. Gerardo Diego (1896-1987)
Es el compilador de una Antología
poética del grupo del 27 en 1932. Fue docente en varios institutos
españoles (Soria, Gijón...), perteneció a la RAE, ganó el Nacional de
Literatura –ex aequo con Alberti-, el Cervantes,... fundó también dos revistas
que sirvieron de animadoras culturales a sus compañeros: Carmen y Lola.
Con más de cuarenta títulos la
obra de Diego es de las más extensas del grupo. Es una obra dual, dividida por
la atracción que el autor sintió a la vez por la tradición y la vanguardia.
Algunas obras: Desde Versos humanos, Soria o Alondra de verdad, caracterizados
por el clasicismo, hasta obras como Imagen, Fábula de Equis y Zeda o
Manual de espumas, de corte creacionista.
4.4. Vicente Aleixandre (1898-1984)
Nació en Sevilla, a los 2 años se
trasladó a Málaga y a los 9 a Madrid. Estudio Derecho y Comercio pero, debido a
una grave enfermedad, se dedicó por entero a la poesía. Fue miembro de la Real
Academia y en 1977 obtuvo el Premio Novel.
Para él, la poesía es
comunicación más que belleza; conviene distinguir en su obra varias etapas:
-En la primera etapa, el hombre
es para él la criatura más penosa del universo, es dolor y angustia. Por tanto,
el ideal sería volver a la tierra para fundirse con la Naturaleza. Dos títulos destacan
en esta etapa: La destrucción o el amor y Sombra del paraíso.
-En la segunda etapa, el hombre
es visto ahora positivamente. Sigue siendo una criatura que sufre, pero se
destaca por su quehacer valiente y doloroso. La solidaridad será el sentimiento
clave de Aleixandre. Obra destacada de esta etapa es Historia del Corazón.
-A la última etapa corresponde Poemas de la consumación (1968).
4.5. Federico García Lorca (1898-1936)
Es el escritor más célebre del
siglo XX y de fama universal. Hijo de una familia muy acomodada estudió música
con Manuel de Falla y se trasladó a Madrid, donde vivió en la célebre Residencia
de Estudiantes y compartió con Dalí, Buñuel y tantos otros, momentos cruciales
para el arte del siglo XX. Viajó a Nueva York y a Cuba, donde fue testigo del
crack de la bolsa del 29.
De vuelta en España escribe
tragedias y dramas de gran éxito. Fue director del teatro universitario La Barraca
con el que recorrió numerosos lugares de España llevando lo mejor de nuestra
dramaturgia.
Su republicanismo de izquierda y
su condición de triunfador hicieron de él en Granada, al estallar la guerra,
una víctima fatal.
El universo lorquiano se define
por un palpable sistematismo: la poesía, el drama, la prosa se alimentan de
obsesiones y claves estilísticas constantes. La variedad de forma nunca atenta contra
esa unidad de fondo. Todas las obras lorquianas se sustentan en un poderoso
código simbólico: la luna, el agua, la sangre, el caballo, la hierba y los
metales, unidos al tema de la muerte y el destino trágico. Su poética la
podemos clasificar del siguiente modo:
-Los primeros libros: en
1921 publica Libro de poemas. De temática variada y dominado por un hondo
malestar. Después compone 3 libros: Poema del Cante Jondo, Canciones y
Suites. Hay en ellos poesía pura, juegos..., pero también nostalgia y
los temas trágicos típicamente lorquianos, como es la presencia de la Andalucía
trágica, la Andalucía del llanto, en el Poema del Cante Jondo.
-El Romancero gitano se
publica en 1928, libro dedicado a esta etnia marginada. Lorca se siente atraído
por ellos y convierte al mundo gitano en un mito, gracias al tema del destino
trágico: los personajes, al margen de un mundo convencional y hostil, están
marcados por la frustración o la muerte. En El Romancero, Lorca alcanza
el punto más alto de estilo con la fusión de lo culto y lo popular.
-En Poeta en Nueva York (1929),
como ya se ha dicho en otro apartado es un libro de influjo surrealista
y con un marcado acento social. En aquella ciudad vio el poder del dinero, la
injusticia social, la deshumanización. Los poemas son gritos de dolor y de
protesta, que encuentran su cauce adecuado en la técnica surrealista: el
versículo[2]
y la imagen alucinante le sirven para expresar un mundo absurdo que descargan
su cólera.
-Últimas obras poéticas: El
llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), inspirado en la muerte del famoso
torero. En este poema se combinan el acento popular y las imágenes
surrealistas. Se trata de una de las más hermosas elegías de la Literatura
española; El Diván del Tamarit (1936), inspirado en la poesía arábigo-andaluza,
y Los Sonetos del amor oscuro.
4.6. Dámaso Alonso (1898-1990)
Catedrático
de universidad, profesor y conferenciante en universidades extranjeras, académico
y director de la RAE, académico de la Historia y de numerosas academias internacionales,
doctor honoris causa por diversas universidades de Europa y América,
Dámaso Alonso ha sido una de las figuras intelectuales más brillantes de la
España contemporánea. A su condición de poeta unió un finísimo ingenio que hizo
de él uno de los mejores críticos literarios.
Empezó su andadura poética con Poemas
puros, poemillas de la ciudad hasta que más de veinte años después
–él mismo se considera un “poeta a rachas”- aparecieran Oscura noticia e
Hijos de la ira (1944). Esta última obra, verdadero aldabonazo a las conciencias
en el silencio de la posguerra, representa la culminación de su lírica. En
amplios versículos, con un lenguaje abrupto y violento, el poeta que ha
padecido el impacto de la guerra se acusa y acusa, protesta por el espectáculo
del mundo, en el que los hombres no son sólo muertos en vida: son monstruos,
entre los que resulta imposible la comunicación.
4.7. Rafael Alberti (1902 –1999)
Su infancia marinera en el Puerto
de Santa María se ve sustituida con el traslado de su familia a Madrid. Aunque
su vocación primera había sido la pintura, Alberti, gana bien joven el Nacional
de Literatura –ex aequo con G. Diego- por Marinero en tierra en
1925. Se adhirió al Partido Comunista y colaboró en varias empresas de la
República. Tras la guerra se exilio y vivió en Italia, Argentina... Con la
llegada de la democracia fue elegido diputado por el PCE. Recibió el Premio
Cervantes en 1983. Toda su peripecia vital ha sido contada por el poeta en La
arboleda perdida.
Caben distinguir cinco momentos en la lírica albertiana:
-Etapa neopopularista. Se
da en estas obras la fusión entre la tradición y vanguardia propia de los
autores del 27. Pertenecen a esta etapa: Marinero en tierra, La
amante y El alba del alhelí.
-Etapa gongorina y
vanguardista. Entre 1926 y 1927 escribe Cal y canto. Por una parte, este
libro rinde culto a la moda gongorina con sonetos, tercetos, romances cultos, y
por otra parte, incluye poemas audazmente vanguardistas, como el poema Madrigal
al billete del tranvía, Venus en ascensor, Platko (portero húngaro del
Barcelona).
-La etapa plenamente
surrealista se inicia con Sobre los ángeles (1927- 1928), en la que
los ángeles simbolizan la crueldad, la tristeza, la desesperanza, la muerte...
-Poesía civil y política:
con la llegada de la República, Alberti toma posiciones marxistas
revolucionarias. Son de esta época Poeta en la calle, y la elegía Verte
y no verte dedicada a Sánchez Mejías. En el destierro, el tema político se
mezcla con el tema de la nostalgia, como en Entre el clavel y la espada,
Retornos de lo vivo lejano y Baladas y canciones del Paraná.
4.8. Luis Cernuda (1902-1963)
Fue alumno en
Sevilla de Pedro Salinas, que se convirtió pronto en su mentor. Se trasladó a Madrid
donde cultivó la amistad de Aleixandre y García Lorca. Tomó partido por la
causa republicana pero se exilió en 1938 a Inglaterra, primero, y luego a Estados
Unidos y a México donde ejerció como profesor de español.
Reunió toda su poesía bajo el
elocuente título de La realidad y el deseo, cuyo centro temático, como
su mismo título indica es el doloroso divorcio entre su anhelo de realización personal
(el deseo) y los límites impuestos por el mundo que le rodea (la realidad).
La obra cernudiana consta de once
libros entre los que sobresalen Perfil del aire Égloga, elegía y oda; Un
río, un amor y Los placeres prohibidos, bajo la influencia del
surrealismo; Donde habite el olvido de influencia becqueriana, véase ya
el título; hasta la plenitud de Desolación de la quimera.
4.9. Emilio Prados (1899-1962)
La formación humana y literaria
de Emilio Prados debe mucho a la Residencia de estudiantes. Fundó con
Altolaguirre la revista Litoral. Durante los años de la República, se
dedicó a la instrucción cultural en Málaga. Se exilió luego a México donde
vivió dedicándose a la docencia.
Antes de la guerra civil, los
libros publicados le otorgaron un perfil menor respecto a sus compañeros,
aunque entre ellas sobresalen las Canciones del farero, que responde a
la corriente de neopopularismo y estilización culta de lo andaluz. Sus mejores
obras las escribiría en el exilio, p.e. Jardín cerrado, donde el
intimismo y la nostalgia de Andalucía lo impregnan todo. Todos sus versos han
sido recogidos en Poesías completas.
4.10. Manuel Altolaguirre (1905-1959)
El benjamín del grupo no fue sólo
un exquisito poeta, sino también su impresor y editor.
Además de fundar Litoral con
Prados auspició múltiples empresas editoriales, entre ellas la revista Caballo
verde para la poesía. También tomó partido por la causa republicana y en el
38 se exilió a Cuba y luego a México.
La obra de Altolaguirre es breve
y ofrece desigualdades. Cabe citar Las islas invitadas, Soledades
juntas o La lenta libertad.
5. CONCLUSIÓN
Toda la crítica considera que
esta Generación ha supuesto una nueva edad de oro para la poesía española en
cuanto que los poetas que hemos venido estudiando en el tema y otros que hemos
dejado en el tintero, se caracterizan por una originalísima síntesis entre
polos opuestos: entre lo intelectual y lo sentimental, entre vanguardia y
tradición, entre la pureza estética y la autenticidad humana, la búsqueda de la
perfección formal y el compromiso político y humano, entre lo culto y lo popular
y entre lo universal y lo español.
[1]
Jorge Guillén decía que poesía pura es todo aquello que pertenece en el poema
después de haber eliminado todo lo que no es poesía. Esto viene a decir que una
poesía es pura cuando renuncia a lo humano y lo social, cuando renuncia a
cualquier tipo de emoción que no sea estrictamente artística; una poesía que
busca la perfección formal por encima de todo y que conecta con el concepto que
hemos visto en temas anteriores del arte por el arte.
[2]
Un versículo es un verso libre, no sujeto a rima ni a la regular distribución
de pausa y acentos ni a las exigencias del cómputo silábico de la métrica
tradicional. Este verso responde al deseo de dar rienda suelta a la inspiración
poética. El ritmo suele fundamentarse en las simetrías y paralelismos
conceptuales y sintácticos.
8 comentarios:
Esta misma tarde colgaré el resto de información incluido el PDF...
Hola:
Veamos, de la generación del 27 sólo entran los autores y obras del punto 4. Pero...¿de la posguerra entran las biografías de los autores?
De la posguerra no es necesaria la biografía salvo Buero Vallejo.
Felix va a ser difícil? nos puedes decir que es lo más importante de la posguerra que podría entrare en el examen?
Felix nos puedes decir cuantas preguntas van a ser? por favor para calcular la posible diversidad de temario.
No es muy difícil...
4
Muchísimas gracias Félix; en clase haremos mucho el cafre pero en el fondo te queremos :)
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