Referencia
bibliográfica completa:
Autor:
Título:
Editor literario de la obra:
Lugar de
la edición, nombre de la editorial, año:
1.
Contenido y temas
1.1.
Resumen del argumento
1.2.
Temas[1]:
1.2.1.
Tema principal
1.2.2
Temas secundarios
2. Los
paratextos[2]
2.1.
Posición del autor/ editor
2.2.
Finalidad explícita/ implícita
3.
Personajes.
3.1.
Personaje(s) principal(es)
3.2.
Personajes secundarios
4.
Espacio (lugares donde se desarrollan las acciones)
4.1. Muchos/
pocos/ único
4.2.
Identificación de los espacios
4.3.
Caracterización de los espacios
4.3.1.
Abiertos/ cerrados
4.3.2.
Particulares/ públicos
4.3.3.
Rasgos que los definen
4.4.
Posible influencia sobre la acción o los personajes
5. Tiempo.
5.1.
Época en la que transcurre la acción, características históricas de la misma.
5.2.
Secuencia de la narración.
5.2.1.
Orden lineal.
5.2.2.
Saltos en el tiempo. Orden del relato en relación a la línea temporal.
6. Tipo
de lenguaje
6.1.
Registro estilístico (elevado, común, vulgar...)
6.2.
Rasgos peculiares según el habla de los personajes. Características de cada uno
de ellos.
7.
Narrador (es).
7.1. Número
de narradores uno/ varios narradores
7.2.
Personalidad de los narradores (identificados/ no identificados)
7.2.1.
Relato en tercera persona
7.2.2.
Relato en primera persona: identificación de la voz/ voces narradora/s
7.3. La
presencia del autor en la obra: voces o temas que lo podrían identificar
8.
Ficción/ realidad
8.1.
Representación de la realidad en el texto
8.2.
Ficcionalización de lo real.
[1] Cuando
se trata de una obra extensa o muy compleja (por ejemplo, el Quijote)
será necesario trabajar los puntos por episodios, partes de la obra y/o relatos
insertados, etc. Esta necesidad se aplica no solo al plano temático, sino a los
restantes planos del análisis que se mencionan en la presente ficha
orientativa.
[2] Paratextos.
Se denomina así a todo el conjunto de textos breves que rodean en un libro al
texto principal. Por lo general, hoy en día son el prólogo o las notas
editoriales, pero en el Renacimiento y más aún en el siglo XVII alcanzaron una
gran complejidad de formas, comenzando por los permisos legales requeridos, que
podían ser una auténtica crítica literaria, a la dedicatoria, el prólogo al
lector, los poemas laudatorios, etc. Todo este material nos ofrece una
información adicional sobre la obra, así siempre debe ser leído con atención y
considerado parte de la misma.
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